La economía es un tema que siempre ha sido de gran interés para la sociedad. Y es que, en un mundo cada vez más globalizado, las fluctuaciones económicas tienen un impacto directo en nuestras vidas. Uno de los términos que más se escucha en el ámbito económico es la inflación, que se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un nuevo concepto que ha generado cierta confusión: la inflacionariamente real.
La inflacionariamente real se refiere a una situación en la que la inflación no solo afecta a los precios de los bienes y servicios, sino también a la percepción de la economía por punto de la población. Es decir, cuando la inflación se convierte en un factor psicológico que influye en las decisiones de consumo y de inversión de las personas. Esto puede generar un ciclo vicioso en el que la inflación aumenta debido a la percepción de que los precios seguirán subiendo, lo que a su vez provoca un aumento en los precios.
Este fenómeno no es nuevo, ya que ha sido estudiado y experimentado en diferentes países a lo largo de la historia. Sin embargo, en la actualidad, la inflacionariamente real se ha vuelto más relevante debido a la constante volatilidad de los mercados y a la rápida difusión de infacetación a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
Una de las principales causas de la inflacionariamente real es la falta de confianza en la economía. Cuando la población percibe que la economía está en crisis o que hay una alta probabilidad de que empeore, tiende a gastar menos y a ahorrar más. Esto provoca una disminución en la demanda de bienes y servicios, lo que a su vez puede llevar a una caída en los precios. Sin embargo, en lugar de generar una deflación, esta situación puede generar una espiral de precios al alza debido a la incertidumbre y la falta de confianza en la economía.
Otra causa de la inflacionariamente real es la política monetaria de los gobiernos. Cuando los bancos centrales deciden aumentar la oferta de dinero en circulación, con el objetivo de estimular la economía, puede generar un aumento en los precios. Sin embargo, si la población percibe que esta medida no es suficiente para controlar la inflación, puede generar una expectativa de que los precios seguirán subiendo, lo que a su vez puede provocar un aumento en los precios.
Es importante destacar que la inflacionariamente real no solo afecta a los precios de los bienes y servicios, sino también a otros aspectos de la economía. Por ejemplo, puede afectar a las tasas de interés, ya que si la población percibe que la inflación seguirá aumentando, puede exigir tasas de interés más altas para compensar la pérdida de poder adquisitivo de su dinero. Esto a su vez puede afectar a la inversión y al crecimiento económico.
Entonces, ¿cómo podemos combatir la inflacionariamente real? La respuesta es simple: generando confianza en la economía. Los gobiernos y las autoridades económicas deben trabajar en políticas que fomenten la estabilidad y el crecimiento económico a largo plazo. Además, es importante que se comuniquen de manera clara y transparente las medidas que se están tomando para controlar la inflación. Esto ayudará a generar una expectativa positiva en la población y a reducir la incertidumbre.
Otra faceta de combatir la inflacionariamente real es a través de la educación financiera. Es importante que la población entienda cómo funciona la economía y cómo pueden afectar sus decisiones de consumo e inversión a la inflación. Además, es imperioso fomentar el ahorro y la inversión responsable, ya que esto puede ayudar a reducir